domingo, 18 de septiembre de 2016

El gato o gato doméstico  (Felis silvestris catus) y coloquialmente llamado minino, micho,mizo o miz; es una subespecie de mamífero carnívoro de la familia Felidae. El gato está en convivencia cercana al ser humano desde hace unos 9500 años,7 periodo superior al estimado anteriormente, que oscilaba entre 3500 y 8000 años.
características generales de los gatos
Los gatos son unos animales que llevan viviendo con nosotros desde hace, como mínimo, 3 mil años, cuando la civilización egipcia rendía culto a multitud de dioses, y adoraba al Faraón. Durante ese tiempo, estos pequeños felinos empezaron a verse como un aliado de los seres humanos contra las plagas, como los ratones y otros tipos de roedores que se comían el maíz que tenían en los graneros.
Así, los granjeros no tardaron en ver en el peludo a un compañero, a un amigo. Y, poco a poco, pero sin pausa, la relación humano-gato se comenzó a establecer. Pero, ¿qué es lo que tienen estos animales que tanto nos gusta? ¿Qué hace que el gato sea como es? En este especial vas a descubrir las características generales de los gatos. Si al final ves que nos hemos dejado alguna, no dudes en comentarlo.
origen e historia del gato domestico
 el gato que duerme en nuestro sofá se remontaría, como hemos dicho al principio, en la época del Antiguo Egipto. En este magnífico lugar, estos animales llegaron a ser tan adorados y queridos, tanto que llegaron a la categoría de diosa a la que llamaron Bastet.

Otras teorías sostienen que el gato doméstico desciende del Felis ornata, que vive entre la India y Pakistán. Los partidarios de la misma dicen que el volumen del cerebro de esta especie felina se asemeja más a la del doméstico.

Sea como fuere, estamos ante un animal que ha tenido que luchar mucho para llegar hasta nuestros días. En la actualidad, parece que se han olvidado -afortunadamente- de todo lo que han tenido que pasar. Quizás por culpa de la ignorancia de aquellos tiempos, quizás por otros motivos, durante la época medieval fueron perseguidos hasta llevarlos casi a la extinción en todo el continente europeo. ¿El motivo? Se creía que eran hijos del diablo, algo que en un periodo tan religioso como aquel te conducía directamente a la hoguera, entre otros destinos fatales. A medida que la población felina disminuía, aumentaba la de los roedores, y la peste no tardó en llegar. Cuando eso sucedió, también los pobres gatos fueron acusados de ser portadores de esta terrible enfermedad.

Pero los años pasaron, y poco a poco la gente volvió a confiar en ellos. Suponemos que les llegó a costar bastante, pues no debió de resultar fácil dejar de creer en algo en lo que creyeron durante varios siglos. Pero el gato consiguió salir adelante gracias a que siempre, incluso en los peores momentos, hubo alguien que los apoyó y los protegió.

El gato como animal depredador
Gato de ojos azules

Así, llegó hasta nuestros días sano y salvo, y con muchas, muchas cosas que ofrecernos. Pero… ¿sigue siendo un animal depredador? La respuesta es sí. De hecho, nunca dejó de serlo. El Felis silvestris catus, fue diseñado por y para la caza de pequeños roedores, o pájaros. Sepamos por qué:

Sus ojos, los cuales pueden ser marrones, verdes o azules, ven de maravilla por la noche: mientras que nosotros sólo veríamos el perfil de un objeto, él puede distinguir detalles. Sin embargo, el ser humano ve mucho mejor de día que el felino, pues éste sólo ve los tonos verdosos, el azul y el celeste.
Su sentido del oído está muy desarrollado. Puede escuchar el sonido de un ratón a nada más y nada menos que a 7m de distancia, algo que a las personas nos resulta imposible de percibir.
Es un excelente equilibrista. Su cuerpo es delgado, lo cual le permite mantenerse en pie en sitios elevados. Además, la cola también le ayuda a mantenerse equilibrado.
Gracias a las características de sus patas, puede acercarse a su presa incluso a pocos metros para darle caza. Esto se debe a que el gato, cuando camina, apoya el peso de su cuerpo en los dedos, y no en la ”mano”; así, no hace ruido.
Pero… ¿qué pasa cuando nuestro amigo sale al exterior y nos trae animales muertos? Vale, creo que va siendo hora de desvelar otro misterio: los domesticados… somos nosotros. Sí, sí, te puede sonar extraño -a mí me lo pareció cuando me lo dijeron-, ya que a fin de cuentas fuimos nosotros los que decidimos convivir con uno -o varios- de ellos, y es nuestro nombre el que figura en los papeles de la vivienda. No obstante, esto si bien es así, la relación humano-gato se puede ver desde el punto de vista de la persona, o desde el punto de vista del felino. Y él cree que tu casa en realidad es suya. Por este motivo, todos los días dedica un rato a dejar sus feromonas en los muebles, en la ropa,… y en los humanos.

Así que, lamento mucho decirte esto, pero le pertenecemos. Pero tranquilo/a, nunca nos verá como un ”objeto material”, sino que siempre, siempre lo hará como alguien de su familia. Y él no va a dejar que su familia pase hambre. No está en sus genes. Es posible que sea una especie solitaria o independiente, pero ha aprendido que en el ser humano que tiene en casa puede confiar.

La sociabilidad del gato
Gatos cariñosos

Y ahora es cuando entramos en todo el tema de la sociabilidad de nuestros gatos. Bien, un gato callejero, que ha nacido y se ha criado en la calle, lo más normal es que se aleje de los humanos, pero no de otros gatos. De hecho, si nos fijamos en una colonia de gatos callejera, siempre veremos a un grupo de entre 5-9 ejemplares, quizás más, que van juntos. Como sabemos, son muy territoriales, pero las condiciones son tan duras que se apoyan unos en otros para sobrevivir. Incluso cuando se quiere unir uno nuevo a este grupo social, a esta familia, puede haber riñas o peleas, pero en la mayoría de los casos terminará siendo aceptado al cabo de un tiempo, que variará según el carácter de los gatos más fuertes (ojo, es importante saber que estos animales no viven en manada, por lo que no hay dominantes ni sumisos, sino que lo que hay son gatos que por edad o por fuerza son los que ”deciden” si aceptan o no al ”intruso”. Por lo general suelen ser los machos adultos los que llevan a cabo esta tarea, pues las hembras se dedican más a buscar alimento para sus crías).

Ahora bien, debemos saber que un gato callejero no querrá vivir dentro de una casa con los humanos, por el siguiente motivo: no se ha acostumbrado de pequeño, por lo tanto, tiene miedo a estas condiciones y huirá. Estos animales deben de estar en el exterior, ya que de lo contrario terminará con serios problemas de comportamiento.

En caso contrario tenemos a aquellos peludos que se han socializado desde cachorros con los seres humanos. Con cualquiera de ellos pasaremos momentos muy divertidos y entrañables, pues les encantará estar con nosotros. De hecho, pueden llegar a ser tan sociables que incluso te esperarán detrás de la puerta, será tu despertador todas las mañanas, hará que sueltes más de una carcajada cuando te lo encuentres haciendo alguna que otra travesura,… En fin. Son muchos los recuerdos que, desde ya, te aconsejo que guardes en tu cámara de fotos, pues crecen muy rápido, casi sin darte cuenta.

Por otra parte, déjame decirte que cada vez son más los centros de salud que incorporan la gato-terapia. Los gatos son una excelente compañía, algo que sabemos todos los que tenemos uno con nosotros, pero que también saben todas aquellas personas que se benefician de este nuevo tipo de terapia. Las personas mayores o aquellas que viven solas, encontrarán en estos peludos a un amigo en quien confiar y cuidar; y sin duda esto les hará mucho bien, al volver a sentirse útiles y sobretodo queridas.

Beneficios de tener un gato
Gato negro

Se ha hablado mucho sobre los beneficios de tener un gato -o varios- viviendo con nosotros en nuestro hogar, pero yo voy a hablarte desde mi propia experiencia. Tuve mi primer gato con 10 años; y ahora con 27 tengo la suerte de compartir mi vida con 9 gatos, incluyendo los de la colonia. Cada uno/a de ellos es único e irrepetible. Todos aportan su parte, todos me hacen sonreír todas las mañanas. Así, destaco los beneficios que más pueden gustarte:

Ronronean: el ronroneo es el mejor anti-estrés que conozco. Basta que te quedes observando a tu amigo, mientras esté descansando, y le vayas acariciando suavemente, con cuidado de no despertarle. Es posible que su ronroneo sea aún más fuerte. Poco a poco, conseguirás sentirte mejor.
Te dan compañía: cuando estés triste, cuando necesites a alguien con quien simplemente estar, deja que tu gato esté contigo. Deja que pase tiempo con la persona que más quiere en el mundo. Nunca estamos solos con un gato.
Sacan lo mejor de ti: cada vez que estás viviendo un momento tenso, él lo notará, y será entonces cuando quizás empiece a orinar fuera de la bandeja o hacer cosas que se supone no debe hacer. Cuando te veas en esta situación, lo que tienes que hacer es identificar el problema, y tratar de comprender a tu amigo. Recuerda que cualquier cambio, por pequeño que sea, que se produzca en tu vida, influirá en la convivencia con tu gato. Además…, ¿quién es capaz de reprimir una sonrisa cuando está durmiendo plácidamente?
Te enseñan a vivir: aunque parezca curioso, pero es así. Ellos te enseñan mucho sobre la vida. Estamos muy acostumbrados a pensar en el pasado o en el futuro, pero los animales sólo piensan en el ahora, en este preciso momento. Los días que quedaron atrás no volverán, y los que están por venir… aún no han venido, por lo que no tiene sentido preocuparse. En el presente tienes a un gato que te adora, y que sólo quiere lo mejor para ti.
Finalmente, terminamos con una frase muy hermosa, dicha por el conocido y enigmático pintor Leonardo da Vinci, quien dijo: ”el más pequeño gato es una obra maestra”.

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